lunes, 29 de octubre de 2018

La memoria.

La memoria aflora las sonrisas sembradas en tus recuerdos, reúne en sus palabras la cosecha del amor que te regaron, hace presente la idílica lógica del corazón, ventila nombres que te suenan, apodos conocidos y anécdotas mil veces vividas.
La memoria levanta la persiana de la vida, te pone al corriente de ti mismo, te carga las pilas de realidad, de aquellos gestos, de aquel tiempo compartido con los protagonistas de historia inacabada.
La memoria te enciende el alma con ensoñados relatos de tu pasado, con la aterciopelada luz de la verdad y el dulce aroma del cariño, te canta con acento emocionado, te habla con cercanía de un pasado lejano, con el timbre de tu sentimiento, con tus raíces como fuente del recuerdo, de una verdad lapidaria, de una vida pasada pero conocida, pública y sin tapujos, con el orgullo de la verdad y la dignidad de la humildad.
La memoria hace presente la desbocada risa de tu abuela, su moño, su arrugada mano y sus besos de metralleta, la memoria es un trozo de cielo donde por siempre vivirá el amor.