sábado, 8 de diciembre de 2018

Avanzando al pasado


Avanzando al pasado se sienten pieles sin maquillar, se recuerdan rostros indefinidas en imágenes de gente, recuerdos que vuelven de tinieblas vivas, caras que no merecen morir, timbres de voz que viven en la profundidad del oído, ruido de pelotas que botan en el empedrado, boliches que ruedan en un suelo ardiente, a la puerta del Litri, esperando la fresca imposible en el Cristo.
Avanzando al pasado, con la emoción a horcajadas sobre la barra de una vieja bicicleta, con las rodillas negras en pantalones cortos, corriendo por vivir sin prisa y la naturalidad de ser feliz.
Avanzando al pasado brotan letras que niegan el olvido, con sabor a imágenes de desembolsadas del vacío, con el paladar de mil sabores volcados en la eternidad de unas palabras. 
Avanzando al pasado te encariñas contigo mismo, con el amor por tu tierra, el cariño de tu gente, la pasión por San Vicente.

lunes, 26 de noviembre de 2018

Creer.


Siempre he sido agnóstico por ignorante salvo en lo que creo. Creo que el amor no se estudia en la facultad, que nunca he creído en más física que el roce ni más química que la mirada, creo en los números de la palabra aunque se la lleve el viento, en el detalle imperceptible de la expresión, en la franca mirada a un pasado sincero, en una historia verdadera, la de los ojos que no necesitan ver.
Creo en la salpicadura de la emoción, la sonrisa del calabobos, el calor del recuerdo, el cariño del aroma y el beso del deje, creo en el color blanco de unos canchos negros, en el pan teñido de patatera, en la oscuridad de la cominera y en el calor de la porrina, creo en la sonrisa.
Creo en la complicidad de la comodidad, en las preguntas de mi nieta con respuestas de mi abuela, creo en la historia de mi pasado contada por mi tío Foro, en la alegría de Deli cuando me ve, en el beso de Paquí, el abrazo de Julio y la tierna sonrisa de los Corchado, creo en el cariñoso trato de los Litri, en los "lambuceros" de María Luisa y las desatadas risas de mi prima Toñi, creo en el favor desinteresado y porque si, en la charla fácil y el saludo del amigo de tu amigo que en amigo te convierte, creo en la querencia a mi tierra y mi gente, creo en la verdad de San Vicente.

jueves, 22 de noviembre de 2018

Otro cantar.


Tenía una habilidad sorprendente y en un pispás te hacía la faena. Aquello me podía. Para mí era otro cantar, de hecho creo que debí de presenciarlo una sola vez, el resto lo suponía más que nada por la evidencia de los tenebrosos vestigios que iba dejaba mi abuela.
Recuerdo un pitas pitas por aquí y mucho alboroto en el corral y cuando te dabas cuenta te veías rodeado de un muy peculiar y penetrante olor a pelo quemado, una granulada piel de un amarillo tétrico a más no poder y plumas encogidas en un barreño flotando. Lo de las patitas con cuatro dedos puntiagudos junto a una encrestada cabeza de gallo degollada era otro cantar…
Mi abuela era una sonrisa permanente, una mujer muy madre y abuela y sobretodo muy feliz, maravillosa y extremadamente cariñosa pero, cuando pillaba la faca en el corral… aquello era otro cantar. Y no de gallo precisamente.

lunes, 29 de octubre de 2018

La memoria.

La memoria aflora las sonrisas sembradas en tus recuerdos, reúne en sus palabras la cosecha del amor que te regaron, hace presente la idílica lógica del corazón, ventila nombres que te suenan, apodos conocidos y anécdotas mil veces vividas.
La memoria levanta la persiana de la vida, te pone al corriente de ti mismo, te carga las pilas de realidad, de aquellos gestos, de aquel tiempo compartido con los protagonistas de historia inacabada.
La memoria te enciende el alma con ensoñados relatos de tu pasado, con la aterciopelada luz de la verdad y el dulce aroma del cariño, te canta con acento emocionado, te habla con cercanía de un pasado lejano, con el timbre de tu sentimiento, con tus raíces como fuente del recuerdo, de una verdad lapidaria, de una vida pasada pero conocida, pública y sin tapujos, con el orgullo de la verdad y la dignidad de la humildad.
La memoria hace presente la desbocada risa de tu abuela, su moño, su arrugada mano y sus besos de metralleta, la memoria es un trozo de cielo donde por siempre vivirá el amor.



jueves, 27 de septiembre de 2018

Imágenes a mi nombre.


Recuerdos sueltos de un pasado presente, imágenes a mi nombre, sonido de voces y acento de gente. Un pan de rojo teñido, una navaja vieja, una mesa camilla, un zaguán caliente, un corazón abierto, un reloj sin tiempo que marca el presente.
Un mandil doblado, un tapete de ganchillo, medias negras, muda blanca, patio abierto y deberes de cuadernillo.
Un tebeo viejo, una cesta de mimbre, un botijo en el suelo, una puerta sin timbre. Un gallo portugués, un amor de antes, una pasión después.
Un paseo al tinao, sandalias cruzadas, polvo entre los dedos, tinaja en la cabeza, ermita abierta, rezos y credos.
Pantalón corto, rodilla marcada, pelota de cuero y amor en la mirada. Colchón de lana, olor a abuelo y chaqueta de pana.
Es vida al otro lado del tiempo, de un viaje de recuerdos sueltos, de sensaciones  y lágrimas a destiempo. 
Son imágenes a mi nombre.

domingo, 9 de septiembre de 2018

Cosas importantes.


Hoy me he dado cuenta que en casa tengo cosas importantes, tan importantes que no son sólo cosas. Su existencia es toda una paradoja, es una cosa que está ahí, con la puerta del armario cerrada, sin propietario recordado, guardando memoria de un olvidado con la paciencia propia de las cosas que se saben con historia.
Son cosas viejas, tan importantes que no son sólo cosas, son cosas entrañables, antiguas, cosas paradas en el tiempo, venidas de mi pasado y mi historia. Cosas que están ahí, con la puerta cerrada, cosas con la paciencia de las cosas que no son sólo cosas.

miércoles, 11 de julio de 2018

Un lugar de paz.


El Cristo en mi pueblo es un lugar de paz compartida, de paseo y estancia, de encuentro y espera, de miradas al infinito con mi abuela, con su aura. Es un lugar de onda en su compañía, la de una mujer adelantada a su tiempo con quien aún hoy, muchos años después tengo una onda especial, un sentimiento vivo que contagia alegría, cariño y amor a borbotones.
El Cristo en mi pueblo es su sitio, el de quien sólo veía lo bueno de lo malo y disfrutaba de cada momento con prisa por vivir, por llenarme de amor infinito.
A ella le debo la pasión por mi pueblo y mi tierra, su nombre en mil recuerdos, cien mil tímidas sonrisas y un millón de besos en lágrimas de amor y orgullo.
El Cristo en mi pueblo es un lugar para sentir, para dar vida a la eternidad de los recuerdos y resembrar la huella de mi alma.
Mi pueblo es un lugar de paz.

viernes, 15 de junio de 2018

A veces.


A veces los recuerdos supuran tal armonía que infectan la razón, a veces ese amor en sobredosis nos colma de una ternura sin fin, inagotable e inoxidable al roce de las lágrimas.
A veces los recuerdos nos bañan de encanto, de calor de pan, de la blancura de una sencillez eterna, sensible al paso de las vidas, a las edades de la muerte.
A veces los recuerdos dominan, baten en giro el sentido del tiempo y pueden con la esencia de lo imposible hasta hacer presente un sueño, hasta sentir la caricia de una mano ausente, el gesto alegre de aquella viva mirada, de aquel ademán propio y oculto entre la rutina del pasado.
A veces los recuerdos arrancan una tímida sonrisa de donde a escondidas brota una lágrima, un inevitable escape de amor a reventar, una indisimulable pena.
A veces no me acuerdo de todo y temo olvidar, dejar de recordar, a veces.


lunes, 11 de junio de 2018

El corazón de la verdad.


Los recuerdos no conocen mentira ni llevan disfraz, no hay más disimulo que su olvido, las caras borradas por la edad no levan careta y se dibujan con pinceles de nostalgia, con brochas empapadas en la libertad de la voluntad.
Los recuerdos no tienen guión, no improvisan de la nada ni dejan el tiempo atrás, viven de experiencia vivida, de abrazos sentidos, besos recibidos y voces oídas, de olores conocidos y aromas añorados, de sonidos únicos en silencios que hablan, sin verdades a medias ni mentiras piadosas, son lo que son por ser como han sido.
Los recuerdos son la estela de nuestra vida y huella de nuestro futuro, imágenes que no esperan a mañana, que brotan del alma, del puñado que conforma lo mejor de nosotros mismos, del corazón de la verdad.

martes, 29 de mayo de 2018

Recuerdos.


Recuerdos imborrables, recuerdos de un cielo azul, de camisa blanca, vestido negro y mandil gris, de cabello cano, patatera roja, pana marrón y voces desde el balcón.
De mil besos repetidos, de arruga honda, piel curtida, tez morena y mirada clara, de sonrisa limpia, palabra viva, porrina dulce y calor de pan.
De camiseta de tirantes, de mecha encendida, piedra de mechero y petaca de picado, de boina posada, silla de cestería, botijo en la camilla y brasero en el zaguán.
De recados al Litri, suelo empedrado, garrafina de vino, boliches entre polvo y bicicleta vieja, de subida al tinao, cochino embarrao, espada de palo, pila de piedra y tina de barro.
Recuerdos de vida, de ojos cerrados, imágenes a paso lento, de pasión recreada, de abuela vivida, de amor posado.
Recuerdos imborrables, recuerdos de un cielo azul...



jueves, 24 de mayo de 2018

El cajón.



Revolver en el cajón del pasado siempre es bueno, es limpiar el polvo del alma sin temor a mancharse con mentiras que tapar, es volver donde las vidas no mueren. los tiempos no acaban, las edades no crecen y las caras no envejecen.
Es revivir lo vivido a paso lento y sentir sin resentir, es pasear descalzo sin temor a las ortigas, desnudo de vanidad,  sin hierba mala que arrancar ni sombras que fumigar y sólo armado con la verdad. 
Es caminar por un mundo real, un lugar de mucha gente y más personas, de voces desde el zaguán y risas picando pan,
Es disfrutar de un pasado inolvidable en un futuro pronto olvidado, de un presente no planeado, del amor eterno por los seres recordados..


viernes, 11 de mayo de 2018

La edad de los recuerdos.


Demasiada memoria se muere ya con el tiempo, los recuerdos no entienden más protocolo que el de la edad de las vivencias, sin cuadrículas ni fisuras en el alma, con la íntima medida del dolor real y la sinceridad del sentimiento.
La memoria no se blanquea como un sepulcro, no se conserva por fuera, los recuerdos mimetizan sus carencias entre la involuntaria imaginación del amor para evitar el olvido, idealizando en defensa propia si es necesario para no perderse, sin pedir por favor sin dar las gracias, sin más necesidad que la del querer seguir queriendo.
Los recuerdos del amor es lo único que nos queda.

jueves, 26 de abril de 2018

Un día en la memoria.

Mirada de amor, abrazo de ternura, besos de metralleta, pila de lavar, pastilla de jabón, aroma de café, bollo de Pascua.Tina en la cabeza, mano curtida, porrina pa chupar, chorrino de fuente, sobras al suelo, cochinos que gruñen, cielo azul, paseo entre canchos, tía Paula, tío Pedro, calor de primas, María, Tini...
Pollo frito, garrafa del Litri, higos lavados, siesta de calor. Abrazo de locura, besos de metralleta, paseo con Papá, tía Agustina, tío Tomba, silla de madera, pestorejo entre pan, carreras y juegos, calor de primos, Paqui, Joaquín...
Visita de café, Tía Serapia, tio Julio, voces en risas, queso "anaranjao", pan colorao, patatera roja, rosario de corcho, cama de hierro, azulejo floreado, Casera de limón...
De paso se pasa, tío Luis, tía Isabel, prueba caliente, pan "pa" untar, risas, Land Rover al sol, idas y venidas, calor de primas, Luisa, Toñi... 
Juegos en la calle, balón de goma, niños en el Cristo, bicicleta vieja, golosinas del quiosco, sudor de salud, pila de lavar, pastilla de jabón... 
Vida a rabiar, tocino entre pan, cominera, colchón de lana, abrazo a morir, vida a rabiar, buenas noches abuela, sonrisas, besos de metralleta, besos de metralleta... 


lunes, 23 de abril de 2018

El espejo del pasado.


La fotos de tu pueblo, imágenes sinestésicas de aromas conocidos, de sonidos entrañables, sensaciones incontroladas y emociones incontrolables, estampas olvidadas de recuerdos dormidos más allá del alma, en la sima del olvido, un rincón teñido de pasión en el blanco y negro del ayer.
Son santos que te apuntan que la mente está en su punto, que no necesitan la sal de las palabras ni el pellizco de más memoria que la del amor, son sonidos visuales que la nostalgia en una sonrisa, que cierran los ojos para abrir el instinto, que disfrutan del color de las nubes de verano, de gestos de otros, del tacto olvidado de unas manos, del olor de una pastilla de Lagarto, del sonido de una puerta que hace presente la voz de esa eterna ausencia.
Son fotos del instinto, de la mudez de un pasado que vive eternamente, el que te deja llegar y traerlo al presente para mirarte, para verte en el espejo del pasado.

jueves, 19 de abril de 2018

La voz de la verdad.


Un pasado desnudo en personajes vestidos,
un camino con piedras sin tropiezos repetidos,
una pitillera sudada de cuero teñido.
Un porrón de cristal,
un cubo de metal,
una tina de barro,
una tabla de lavar.

Un mechero con mecha,
una gorra de visera, u
nos silencios que no callan a la sombra de la higuera.
Un vestido negro,
un trapo mojado,
unas zapatillas de casa,
un moño trenzado.

Una horquilla entre los dientes,
un gesto paciente,
una sonrisa triste,
un suelo ardiente.

Multitud en silencio,
un abrazo intensivo,
un beso eterno,
una voz en el zaguán avisa que ha venido.
Unas lágrimas que prenden del fuego de la memoria,
palabras mil reídas en cien cuentos repetidos,
aromas que saben a fugaz eternidad,
a sueños vividos y vida pasada,
a la voz de la verdad.

miércoles, 10 de enero de 2018

Siéntate.

Es un lugar para sentarse sin cruzar los brazos, los necesitarás para volar. Allí, con los ojos cerrados, apoyado en la nada, esperando que hable tu pasado, que la vida te diga algo, contemplando el lugar donde vive lo más más íntimo de tu universo, ese lugar al que nadie puede acceder, donde vive la emoción, donde la memoria de unos microscópicos bichitos alimentan tu ternura, donde duerme la inocencia de los secretos confesables, la pasión solitaria y el silencioso eco del vacío, con la luz de la añoranza encendida mientras Fito de lejos te dice… "no sé vivir con sólo cinco sentidos".
Ve, siéntate y no cruces los brazos.