viernes, 17 de mayo de 2019

Sin permiso.


Los recuerdos no piden permiso, brotan libres al compás del roce, los aromas y el sabor del amor en el canto de un deje.
Los recuerdos son libres y evocan sólo a quien quieren, no entienden de cinismo ni hipocresía y cuando aman lo hacen hasta el fin del hartazgo, besando con el frío del tiempo pasado en sus labios posado.
Los recuerdos son leales a la verdad, al orgullo de un mote, al grado de la profundidad y la sensibilidad, los recuerdos son vida pues vivos quedan a pesar de los pesares, en el limbo de la ausencia y libres al compás, sin pedir permiso.



miércoles, 15 de mayo de 2019

La fiambrera


Paseando por el efímero arte de vivir, recorriendo el mapa del cementerio de los recuerdos casi olvidados hoy rescato al hígado encebollado, no creo que exista nada más vomitivo y que por lo tanto me genere más asco, bueno si, la leche, ambos se pueden dar aún hoy la mano.
Con el hígado por testigo mi madre recurría al chantaje emocional con la repetida plática de … "con los niños que están pasando hambre en África y tu sin probarlo, vergüenza debía darte", pero es que era y es imposible, no puedo y me puede.
Al final y tras la siempre oportuna mediación de mi abuela como abogada del bien, esa porquería acababa en la fiambrera de mi tío Faustino para el día siguiente y así… un negrito hambriento menos.
Era una fiambrera metálica de entre latón, aluminio o similar, con una tapa independiente que se cerraba por la presión de un par de presillas, una tapa que alejaba de mi vista lo que hoy sólo es un recuerdo casi olvidado, casi.