Lo que más disfruto de mi pueblo es pasear por uno de mis lugares favoritos, el "Valle Segundo", la calle donde vivían mis abuelos. Allí me siento, siento mi pasado, y le hablo a mi nieta de mi familia y los momentos vividos.
Pasear por allí es buscar en el aire retales muertos y poder dar con alguien que te los reviva, alguien que por la "pinta" te saque y te hable de tu pasado. Al poco tiempo, la charla te hablará del pueblo, de la gente que ambos conocéis, de tu familia y sobre todo de la vida de tus muertos.
Te recordarán personas, caras, colores y aromas que ya no están pero existen en la memoria de la forma única y personal en que nos acordamos de las cosas y la gente que importa, de los buenos y malos recuerdos.
Yo ya empiezo a ser memoria, el único guardián de mis recuerdos, de las estampas vividas en otros tiempos. Empiezo a ser un guardián de mis recuerdos y espero serlo digno para transferir a mis nietas del amor por mi pasado, la pasión por mi tierra y el orgullo de mi gente.
Somos memoria, somos pasado y presente. El futuro, está por venir.