jueves, 30 de abril de 2020

Puto Alzheimer



Las palabras perdidas no llevan letra, se pierden en la impotencia de una mirada inundada por el miedo. Sus palabras flotan entre parones de angustia que interrumpo diciéndole que está demasiado guapa para no poder salir de casa, que como entre y pille a su novio se va a enterar... una risa ilumina su cara. 
De ventana a ventana, con el precipicio de la realidad entre ambos he hablado con Antonia, no ha sido fácil para ella. 
Puto Alzheimer de mierda. 

sábado, 18 de abril de 2020

La verdad de los sueños.


Es la verdad de los sueños, el placer de un beso en la mejilla, la luz de una mirada sin mascarilla, un romance interminable, mil razones sin galones, un guante blanco sin sable, piteras y no chinchones, un millón de mentes, unos santos inocentes.
Son cuentos de uno mismo, voces del corazón, pisadas pasadas en la sombra un reflejo y en la charca, la verdad en un espejo.
San Vicente es lo que la memoria debe proteger, lo que los nietos deberían saber.






miércoles, 15 de abril de 2020

Recuerdos parecidos.


Son recuerdos parecidos. Me enseñaron a presignarme al cruzar la puerta por primera vez, antes, ya había pasado por la pila y el "lagarto". Al fondo del corral las gallinas, donde el gallo aquel sin saber por qué no me podía ni ver, y lo curioso, es que cuando nos lo jincábamos el que le sustituía heredaba la manía y tampoco me dejaba asomarme por sus dominios.
En la pila siempre había una pastilla jabón, un cubo metálico y una tina de barro con su boca tapada por una lámina de corcho y sobre esa, un tapón desconchado. 
De la pared colgaban amarradas con un viejo cordel una llana de madera, la plomada y un nivel, todas ellas pulidas por años de trabajo y sudor.  El corral olía a cochino y corcho, leña y tabaco, pana y cuero.
Caminatas matutinas al tinao, "guá" en polvo del Cristo, siesta obligada, deberes en la camilla del zaguán y la abuela haciendo ganchillo con la señora Francis desde un viejo y enorme aparato de radio.
Recuerdos parecidos.

viernes, 10 de abril de 2020

Cuestión de fe.


Es importantísima la de, el creer en algo, en lo que sea, en Dios, en las personas, no importa, en la vida hay que creer en algo, la fe siempre es un asa de auxilio.
Mi nieta mayor por ejemplo se mareaba ciando viajábamos, hasta tal punto que la criatura lo pasaba fatal, pues bien, tiene una pequeña piedra que guarda en un estuche secreto de su habitación, es una piedra mágica.
La última vez que fuímos al pueblo vomitó muchísimas veces y lo pasó fatal. Estando allí, un día que paseábamos por las inmediaciones del Cancho del Peligro nos encontramos una pequeña piedra, redondeada, de tacto suave y blanca, una piedra especial de esas que cuando viajas si la llevas contigo no te mareas... pues bien, de regreso, la niña llevó la piedra en su mano durante todo el viaje y no la soltó ni cuando paramos a comer... desde entonces no se marea en coche cuando viaja.
Su abuelo encontró una pequeña piedra redondeada, de tacto suave y blanca, y le dijo que era una piedra mágica, punto, con eso le vale y tranquiliza para viajar sin marearse, lo mismo que yo cuando era niño con una piedra casi idéntica que en el mismo lugar encontró y me dio mi abuela.
Cuestión de fe.

miércoles, 1 de abril de 2020

Confinamiento.


Ninguno nos imaginábamos ésto, a llegar a estar encerrados y prisioneros de nuestra propia vida, pero... mucho ánimo, esto pronto terminará y volveremos a la ansiada normalidad.
Yo lo estoy deseando como todos, ya pienso en escapar con la moto, en sentir la libertad de kilómetros sin rumbo y regreso sin prisa, en las pulsaciones justas de la paz y el alboroto de la serenidad. En escapar y como siempre acabar allí, al aroma de mis porrinas y la sombra de mis recuerdos, a solas conmigo y lejos del día a día, apartado en mi interior y atrapado en el gozo de las sensaciones, navegando en el pasado con los relatos de mi tío Foro, disfrutando de las bromas con Julio, la risa de Paqui, el calor de Mimi y el cariño de Juan Antonio.
Volveré a desayunas en casa de Dani, a asomarme al tinao, a subir por la Nora hasta sentarme dobre el silencio de la ermita, a mis paseos nocturnos entre callejeras y silenciosas sensaciones.
Mucho ánimo a todos, ya queda menos, pronto volveremos a la añorada normalidad.


Me encanta


Me encanta que me cuenten mi historia, como cuando mi tío Foro de relata secretos mil veces revelados, que me hable desde la verdad de un pasado con cada día menos testigos, que me cuente cosas que sé pero necesito volver a escuchar para saber que siguen ahí, que me cuente de nuevo como mi abuelo vendía queso en la Pared Nueva, de su huérfana niñez al amparo de la familia, de mil historias que alumbran la verdad de nuestra historia.
Me encanta el café en casa de mis padres, cunado con la "desconchá" en la mano y desde el sofá mi madre ejercita la memoria hablándome de su vida que es la mía, como cuando se tuvieron que casar de noche en una boda de luto, o cuando me cuenta mi padre que al día siguiente se fueron a vivir a un chozo en "Valdespinar"...
Me encanta que mi padre me cuente una vez más que cuando mi madre su puso de parto, mis tías "Porras" viendo como venía corrieron a llamar a D. Pedro Villalonga, pero fue D. Elías el que nos mandó ir a Badajoz a parir...
Sé que habrá un día que lo echaré mucho de menos, cuando no haya quien me lo cuente, que me hablen del qué, el cómo y el cuando, de la historia de mi pasado en San Vicente, de lo que con toda probabilidad morirá conmigo, la historia de mi pasado.
Me encanta.