martes, 15 de septiembre de 2020

Días para vivir.

La estancia se sabía como la crónica de un amor anunciado. De cero días largos en los que no ha sobrado un minuto para la recarga, abrevando sentimientos sin contención ni costura, de paseos por calles que no se rinden aún un millón de veces antes pisadas. Días de leer imágenes, tanto o más importante que leer palabras, observar es algo que me da vida, sólo hay que contemplar algo para entenderlo, días sin prisa para mirar, para sentir con lentitud, para fumar vida. Para estar a gusto. Para ser vividos.