lunes, 18 de marzo de 2019

Un lugar en condiciones.


Andrea lo hace cada día, cargada con la tina camina hacia los gruñidos del tinao. Es un corto camino que nunca acaba, un trayecto de mil paradas, a todos regala saludos sin saco roto, voces bordados en su sonrisa, en amor a la intemperie. 
Un niño va delante de ella, conoce el camino aún sin verlo, juntos conforman una imagen indivisible sólo separada por un espacio vital, se adaptan moldeables por el mutuo amor, sin esquina, grieta ni doblez.
Llegan al tinao, los Canchos Blancos son su refugio, un lugar en condiciones, un sitio lejos de la rutina y la cocina, un rincón de tiempo sin presupuestar ni prisa subrogada. Un lugar en condiciones donde pelear y batir a monstruos que nunca podrán con ellos, un lugar donde defenderla con su espada de palo.
Si mañana amanece ese niño la seguirá recordando, la salvará del monstruo del olvido..