domingo, 30 de junio de 2019

Sentir


El amor es el cómplice de una mente que no piensa, que traslada sin mesura lo que siente, que enmarañado duerme entre mil caras y un millón de voces, de sonidos ausentes y lozanos, llenos de una vida que transcurre rescatando roces deseados y besos incontrolables.
El amor lucha contra el olvido sin más arma que su valor, enciende la alegría en la tristeza de una lágrima y siembra de realidad la presencia de los recuerdos. El amor inunda tus ojos de gloria con la dulzura de su aroma, para que respires el aire de otra dimensión, el amor es cómplice de su pueblo, del encanto que rezuma de su gente, del poder de San Vicente.

miércoles, 19 de junio de 2019

Equipaje de vida.


Embelesado te miro, disfruto y pienso, te hablo bajo para no despertarme, rebozado en la ternura de mi somnolencia, con cándidos sonidos de imágenes auténticas, de ratos juntos donde cabe la infancia de un hombre para relajo de su madurez.
Y así, me llevas a su puerta, donde sentada ríe descompuesta y feliz en la llegada, donde llora con disimulo en la partida, la veo empapando mi cabeza con un peine que a cada poco baña en una desconchada palangana blanca, ahora, tranquila y posada, con las manos sobre su abdomen y los dedos cruzados, despide generosa una inmensa sonrisa de paz y bondad, y no me la muestras como quiero verla, es como era, son imágenes sin deformación sentimental posible, son estampas frescas en el tiempo, son sonrisas de amor empapadas con un peine.
No hay nada que no sea, son cosas que al oído me cuenta la vida arrancando el profundo sentir de un argumento en el alma tatuado, son viajes en el tiempo de miradas desde el zaguán, de jugar a la pelota en la flama del empedrado imposible, con pantalones cortos, rodillas negras y zapatillas rotas.
Es el escaparate de un feliz pasado, de un presente que desdobla imágenes apelotonadas en el rincón del olvido, en el equipaje de mi vida. 
Embelesado te miro.

Foto cedida por Esteban Corchado Roncedo.

domingo, 16 de junio de 2019

Medicina para el alma.


Tras desayunar leo la prensa y sin saber cómo abro una vez más las fotos y eso que acabo de estar allí, acabo de volver de soplar el humo de mis cortinas, despejar las borrascas de mi mente y recargar de recuerdos los vacíos de mi memoria.
Acabo de volver de allí, de mi pueblo, de un prospecto sin contras, de recoger los besos perdidos entre silenciosas paredes y muros acolchados de pasado, de desembalar una vez más el ayer, de recargar de vivencias el maletero del alma.
La necesidad me obliga a revivir y no imaginar,  a ir cada poco a sosegar mi conciencia, a comprobar el estado de mi memoria para prevenir del olvido, a calmar el revoloteo de sensaciones y regar de vida el amor por mis raíces.
Y es que, mi pueblo es..., medicina para el alma.

jueves, 6 de junio de 2019

Sentirte en mí.


Hacía tiempo que no escuchaba tu campanario tan de cerca, que no saboreaba el presente de mis recuerdos, que no te tocaba que nadie me llamaba "Pinea" en medio de una sonrisa.
Hacía tiempo que no disfrutaba del canto de tus cigüeñas, que no me hablaban de mi pasado, que aquellas zapatillas que le compró mi abuelo tras vender unas reses, del parentesco con un "Quiro" a través  de mi bisabuela Faustina, que la mili que alguien hizo con mi tío "Chiripa", de la bondad de mi abuela Andrea.
Hacía tiempo que no te paseaba, que no te sentía tan en mi.