Pelete, falagao y pitera, arrecío, cachaza y gandalleo, lambucero, pámpana y porrina. Ya me está llegando, me va oliendo a bollos y churros, ya escucho la voz de las paredes, de la cal y las puertas viejas, marrones, mediadas, con gatera y pasador.
Suenan las canicas, los sueños y las risas del jugar, la cadena de la bici, la magia de mi abuela, el querer a morir, el aroma a ojos cerrados, la danza de los recuerdos, el bienestar de estar bien, a gusto con quién eres y de dónde vienes, de un lugar que pone ganas a la vida.