jueves, 4 de mayo de 2017

Pana zurcida.


San Vicente está relleno de recuerdos, de pana zurcida, de melodía oída y voz sentida, de aromas perdidos y sensaciones vividas, de caminos por donde volver, pasados por repasar y futuros que dictar.
San Vicente es un sueño escogido, una sensación por rescatar, un veneno inoculado y el antídoto aplicado, es el tiempo perdido y la edad vivida, es abrazos por dar, manos por estrechar, besos que recibir y errores que repetir.
San Vicente es vital, es sueño capital, es castillos que idear, es máscara y cáscara por miedo a llorar, poco que decir y mucho que contar, melancolía callada en pasión disimulada.
San Vicente es el telón por correr, una historia por narrar, es trigo por moler y poesía sin recitar, es blanco bajo gris, negro sobre luto, coleta cana, trabajo y fruto, es colchón de lana, piel curtida, sensata locura y pena sentida.
San Vicente es tal, ni es verdad ni es mentira, es un cuento real y por mucho que te cuente, siempre será igual, es poco que decir y mucho que contar, está relleno de recuerdos, de melodía oída, de aromas perdido y emoción escogida, es un sentir... para toda la vida.


No hay comentarios:

Publicar un comentario