jueves, 9 de marzo de 2017

Recuerdo...


Recuerdo las tardes sin horas, las mañanas sin horarios, los días sin calendario y los paseos sin itinenario, recuerdo los pantalones cortos, los boliches  en el Cristo, la peonza del primo Joaquín, las chapas por el suelo de El Litri, los paseos a horcajadas en bici con mi tío Chiripa, las voces de mi abuela para comer, las migas con café de mi padre, las meriendas de pan y cominera.
Recuerdo el ir de casa en casa, la tienda de la tía Cruz, el zaguán de la Isabel, los joriños de la Joaquina, la casa de la prima Antonia, la viña del tío Julio, el rosario de corcho de la tía Serapia, la permanente sonrisa de la tía Mari Juana, la ternura de la tía Agustina, el Land Rover del tío Luis y la contagiosa risa de la Isabel.
Recuerdo las arrugas de la tía Paula, los abrazos de la prima María, el correr delante de la Tini, el botijo siempre colgado del tío Pedro, recuerdo el calor de la vecindad, la generosidad porque si, el afecto natural, el valor de la familia, los asientos en la calle, la charla distendida, el siempre hola de quien viene, el adiós mengano de quien se va...
Recuerdo el olor a pan, el aroma a porrinas, recuerdo a mi gente, el ayer de mi presente, la verdad de mi pasado y el sentir de mi gente, recuerdo el valor de lo que vale, recuerdo mi pueblo.

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