domingo, 24 de abril de 2016

La camiseta.


Estaba yo aquí tranquilamente sentado tomando café mientras leo la prensa y al ver la camiseta en la cesta de la ropa me he acordado de mi amigo Manolo, que jodío Manolo.... A lo que voy.
En su día fui un forofo del fútbol, hoy por razones que no vienen a cuento pues... como que ya no, como que paso bastante del fútbol y lo único que me gusta de ese deporte es la panzada de cerveza frente a la pantalla viendo el partido con los amigos. Por cierto, no os imagináis como se jincan la patatera roja...
Hace ya un tiempo, me puse en el gimnasio la única camiseta futbolera que tengo, la del Sanvi y por razones obvias. En clase de spinning, o lo que es lo mismo, en clase de "dar pedales a toda leche para no ir a ningún sitio", siempre me subo a la misma bici y a mi derecha se coloca mi viejo amigo Manolo "Pulgarcito", lo de llamarle así es porque mide uno noventa y ocho el chiquitín.
Nada más entrar en clase, me estaba esperando en la bici y en cuanto me ve se fija en mi camiseta y con la retranca gallega que le caracteriza me suelta:
- Coño Pin... ¿Y esa camiseta?
- ¿Pues no ves lo que pone Manolo?  ¿No ves el escudo? ahí dice "Sanvicenteño" y aquí "Concejalía  de Deportes Ayuntamiento de San Vicente de Alcántara", ¿de qué equipo puede ser Manolo?  ¿del Bomberos Voluntarios de Albacete Fútbol Club?,
- Ahhh, pero tenéis hasta equipo de fútbol y todo....
Aaaanda.... mira que jodío el Manolo, mira que cachondo es el Pulgarcito, ¡acababa de tocarle la pocha! haber pedido muerte majete... Ahí empezó todo...
En los más o menos diez minutos que mi forma física y capacidad pulmonar me permitió el poder hablar y respirar de forma simultánea sobre la bici y como tampoco era cuestión de dejar de hacer lo segundo por culpa de lo primero, en ese tiempo, antes de ahogarme me las arreglé para ilustrar a Manolo en su más que evidente desconocimiento sobre la belleza y bondades de Extremadura, le hablé de su cultura, historia, patrimonio, tradiciones, costumbres, gastronomía y encantos naturales, confesándome después que no la había pisado en su vida por lo que me comprometí a hacerle una especie de guía de viaje si él me prometía recorrerla en su próxima ruta en moto, y así fue. Lo hizo, vaya que si la hizo.
Esto fue más o menos por Abril y en Junio visitó nuestra tierra siguiendo el recorrido en círculo que le marqué, Plasencia, Cáceres, Trujillo, Guadalupe, Mérida, Badajoz, Elvas (ya que estamos...), Alburquerque, San Vicente, Valencia y Cáceres. No daba tiempo a más.
Durante esos días hablábamos por teléfono a diario y yo le notaba enormemente sorprendido y sumamente contento del viaje que estaba haciendo pero a su regreso estaba tan satisfecho y encantado con lo vivido, por los nuevos sabores que había catado y el descubrimiento que había hecho de las maravillas de Extremadura que nos saltamos la clase de "sudorosas pedaladas para no ir a ningún lado" para pasarnos más de una hora en una mesa de la cafetería zumo de naranja en mano (esto último no lo digáis por ahí) contándome lo que había visto y lo que más le había gustado de cada sitio visitado. Confieso que escuchándole hablar sobre el carácter y hospitalidad de sus gentes me hacía el culo gorgoritos de satisfacción.
Que jodío el Pulgarcito... Desde entonces su opinión sobre Extremadura es otra totalmente diferente precisamente por estar informado al conocerla, hecho éste que ratifica con absoluta rotundidad el refrán que sabiamente sentencia que "la ignorancia es la madre del atrevimiento" y curiosamente todo gracias a una camiseta, la camiseta del Sanvi.
Es lo que hay.


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